Se nos pide ser fuertes, incluso escuchamos que ya lo somos, que salimos reforzados tras esta crisis que aún sigue entre nosotros.

Se espera que miremos adelante, que seamos prácticos y pongamos de nuestra parte para pasar página cuanto antes.

• Imagino… que esto mismo sucede entre la clase política, responsable de generar el entorno de confianza necesario para avanzar.

• Imagino… que todos los políticos, sin importar colores, siglas o banderas, miran hacia el mismo punto, usando sus mentes privilegiadas para pensar en soluciones, y no para generar más problemas.

• Imagino…que sus Señorías, por fin, se dan cuenta que ellos y ellas no son lo importante y que, si no ven esto, se van a sus casas…cerrando la puerta o dejándola abierta, a mí eso me da igual.

IMAGINANDO: Escenario séptimo

Casi sin quererlo, la mayoría de nosotros nos preguntamos qué hemos aprendido de esta etapa que estamos viviendo.

Existe una especie de “obligatoriedad” de sacar provecho a tantas semanas especiales, muchas de ellas entre cuatro paredes.

• Imagino que termina el estado de alarma, me miro para dentro y veo lo mismo, ni más ni menos.

• Imagino que revisas tus hábitos y costumbres, incluso tu manera de pensar y te recuerda a la misma persona que eras.

• Imagino que miras a tu alrededor y no logras diferenciar la normalidad de la nueva normalidad.

• Imagino que buscas, comparas y te vuelves a quedar tal cual, como si fueras la misma versión; sin embargo, todos seremos otras versiones… no sé si mejores o peores… seguro que distintas, aunque simplemente sea porque tenemos unos cuantos días más desde el famoso 14 de marzo.

Manuel Salgado Fernández

 Psicólogo clínico y del Deporte // Col. AN-2.455