LA SORPRESA
19:09La sesión fue
fluida, dado que el estado de la relación era muy satisfactorio desde
hacía varios meses, lo que me dio pie a proponerles hacer un alto en el
camino de la psicoterapia y probar que ellos siguieran avanzando desde
lo aprendido en este tiempo.
Ambos estuvieron de acuerdo, de hecho, parecía que también habían pensado algo similar y se habían planteado comentármelo ese mismo día o, como mucho, en la siguiente sesión.
Despidiéndonos, les agradecí su
confianza hacia mi trabajo y les mostré mi convicción sobre la
estabilidad futura que tendrían, tanto a corto como a medio plazo,
siendo fundamental que no perdieran de vista la relevancia de una buena y
efectiva comunicación.
En ese momento, Ismael se levantó de la
silla y dijo: “…justamente Manuel. Es por esto que quiero comentarle a
Gonzalo, delante de ti, algo que me parece muy influyente en nuestra
relación y que no quiero ni debo ocultar por más tiempo”.
La
cara de Gonzalo, y seguro que la mía también, fue de una sorpresa
tensa. Ninguno sabíamos lo que Ismael tenía preparado para compartir,
pero su forma abrupta de levantarse nos dejó un tanto en fuera de juego.
- “Bien Ismael, sácanos de dudas, antes de que nos dé algo a los dos”
Su nerviosismo se incrementó, lo que me hizo pensar lo peor, sobre todo después de que estuviera casi diez segundos callado, mirando fijamente a su pareja. Por momentos pensé que se me había escapado algo sobre la realidad de la relación y que, ahora, Gonzalo, estaba dispuesto a poner alguna información delicada encima de la mesa.
Se
fue a su chaqueta, cogió un pequeño paquete muy bien envuelto y lo
situó en la mesa, justo delante de Gonzalo, añadiendo: “…ábrelo, por
favor”
Gonzalo tardó en reaccionar, lo cual yo mismo entendía por lo extraño de la jugada. Finalmente, se decidió a abrirlo y…”tachán”, allí estaba un precioso anillo, con un pequeño mensaje que compartió conmigo al instante: “¿Quieres casarte conmigo?”.
Ismael no sabía a dónde mirar, aunque tampoco hubiera percibido mucho por lo humedecido de sus ojos... Gonzalo se levantó, dejando la caja en la mesa, y se dirigió a su pareja para decirle…
Psicólogo clínico y del Deporte // Col. AN-2.455