Puede resultar simplista o incluso banal considerar que realizar obras en tu vivienda puede generar un cambio en tu estado de ánimo; sin embargo, la realidad es que muchas personas expresan una mejoría en su estabilidad emocional tras una transformación física de su entorno.

No obstante, como en todo, esto es una moneda de doble cara, es decir, las obras son también fuente de estrés y de tensión para los protagonistas.

La CLAVE habita en planificar el proyecto, siendo lo más ordenados y previsores posibles, concretando lo que se desea, eligiendo a los profesionales con más reconocimiento, conociendo si la situación financiera doméstica está en condiciones de soportar la obra y sus incógnitas, y -sobre todo- aceptando desde antes de comenzarla que los sobresaltos son del todo inevitables.  

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Manuel Salgado Fernández

Psicólogo Clínico y del Deporte // Col. AN-2.455